La oferta de Fontevecchia


Jorge Alberto Fontevecchia es un formidable creador de ilusiones. Zar del sensacionalismo local, forjó Editorial Perfil explorando los límites del periodismo y del buen gusto, pero sus trucos de alto impacto ya no alcanzan para protegerlo de lo que vendrá.

Su imperio de papel es frágil frente a la tormenta 2.0 que arrasa al mercado editorial. Es tiempo, entonces, de probar con nuevos trucos. La última ilusión de Fontevecchia es pretender que tiene intenciones serias de comprar una de las unidades de negocios en las que se desmembrará el Grupo Clarín.

El pasado 30 de mayo, el Grupo Perfil envió una carta de intención al multimedios, con copia a la Autoridad Federal de Aplicación, AFSCA y a la Comisión Nacional de Valores, en donde expresa su interés por adquirir la Unidad 4, que comprende siete señales de televisión Volver, Canal Rural, Canal 13 Satelital, Magazine, Quiero Música en mi Idioma, TyC Sports y TyC Max.

Editorial Perfil y sus empresas vinculadas ostentan una trayectoria de varias décadas en los medios de comunicación, tanto en el país como en el exterior. 

Es nuestra vocación continuar en la actividad y expandirla a los nuevos medios audiovisuales, se señala en la nota, donde se le solicita además a Clarín información respecto de los antecedentes de titularidad y explotación empresaria de las señales involucradas para definir los términos económicos de la propuesta.

 Aunque no se menciona cifra alguna, se descarta que la oferta debería ser varias veces millonaria la unidad que pretende Perfil es la más atractiva de las que quedan disponibles, luego de que Clarín hiciera pública su intención de repartir las dos primeras unidades entre sus actuales accionistas y que un fondo de inversión estadounidense difundiera su interés por la tercera fracción.

Los primeros en reaccionar frente a la novedad fueron los propios trabajadores de Perfil, víctimas frecuentes de la política de ajuste crónico que caracteriza a la editorial. Mientras alega problemas financieros para justificar todo tipo de recortes y atropellos sobre los derechos de los trabajadores, y mientras profundiza su política de despidos encubiertos, la empresa ha expresado públicamente su interés en comprar una parte del Grupo Clarín, expresó la comisión interna en un comunicado.

La contradicción, sin embargo, se convierte en asombro cuando se observan los persistentes balances en rojo de una empresa que, además, lleva doce años en concurso de acreedores. Si a duras penas puede costear la salida de una decena de medios gráficos.

La composición accionaria de Editorial Perfil está integrada por tres sociedades Perfil Periódicos, Perfil Publicaciones y Grupo Perfil Inversora, esta última afincada en el Uruguay. La compañía acumula tres años consecutivos con utilidades negativas y los ingresos que generan las empresas en la Argentina no alcanzan a cubrir sus gastos operativos.

En sus balances de 2012, los últimos disponibles, las dos firmas locales que integran Editorial Perfil también exhiben patrimonio neto negativo, con pérdidas de casi 40 millones de pesos, el grupo se financia con las utilidades de los medios que el holding publica en el exterior, en especial Caras Brasil, y con aportes y préstamos de la accionista radicada en el Uruguay.

Según consta en los registros del Banco Central, los préstamos de la uruguaya GPI Grupo Perfil Inversora se efectúan en dólares y mediante el aporte de bonos argentinos, como el Boden 2015 y el Bonar 17. El uso de esos instrumentos suele despertar la curiosidad del BCRA, ya que sirven para realizar lo que en la jerga financiera se conoce como contado con liqui inversa, es decir, ingresar dólares mediante la venta de bonos en vez de liquidarlos en el mercado oficial.

Una operatoria de esas características sería irregular, y podría iniciar la confección de un sumario por parte del Central. A septiembre de 2013, la deuda de Editorial Perfil con su accionista uruguaya ascendía a 50.999.386 pesos, pero no es esa la única contribución que la firma realizó al deficitario holding argentino. Para la misma fecha, GPI había realizado también aportes de capital por 73,9 millones de pesos. Lo que se dice, un accionista generoso. Por disposición legal, la empresa uruguaya no está obligada a presentar balances y declaraciones juradas en la Argentina. Y Fontevecchia podría alegar que los aportes son ingresos genuinos provenientes de las publicaciones que el grupo posee en el exterior.

Sin embargo, al momento de decidir sobre la oferta de Perfil, la AFSCA deberá considerar que los organismos de control locales no tienen modo de saber si la sociedad uruguaya recibe fondos de otros socios para introducirlos a la Argentina a través de la Editorial Perfil. Siguiendo esa línea, incluso, los directores del organismo podrían arribar a una hipótesis inquietante que los actuales propietarios del Grupo Clarín podrían efectuar aportes irrevocables o préstamos en la sociedad uruguaya o sea podría ocurrir que Clarín recompre lo que dice vender a través de la sociedad uruguaya accionista de Perfil, Fontevecchia termine oficiando de testaferro de los accionistas de Clarín.
Por Infonews

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente