Magui gano el SXB2



Llegó la hora de la definición: Magui a Showmacht

Los finalistas Magui y el Fan Mariano se batieron a duelo después de 148 días de convivencia en la Estancia La Soñada, ensayando con un selecto grupo de coreógrafos que los prepararon para afrontar más de 20 galas frente al jurado.


La gran ganadora del Soñando x Bailar 2, y con 55% de los votos del público se llevó la llave hacia Showmacht y Marcelo Tinelli con su Bailando 2012, Magdalena Bravi, una azafata que ha rociado con su talento la pista de baile, que con su fuerte carácter se sobrepuso a las discusiones con sus compañeros y rivales dentro de la convivencia y hasta con los coach convirtiéndose en una líder para todos, tendrá su última función.


 La chica de 25 años, oriunda de La Plata, fue nueve veces la dueña del puntaje supremo a su excelencia en la danza, nunca fue sentenciada por un bajo puntaje del jurado y fue dos veces la mejor en las tareas campestres. Claro que su brillo fue motivo de envidia y sus pares la enviaron al teléfono por triplicado y hasta hubo un supremo que hizo lo mismo. 


Su fuerte convicción y algunos errores provocaron que estuviera al filo de las reglas, siendo sancionada en dos oportunidades a pasar estadías en el Destierro. Aún así, no lograron eliminarla.


Mariano de la Canal se convirtió, en Mariano de la gente y exhibió un perfil absolutamente diferente al de su amiga Magui, intento enamorar a un compañero Mariano Rodríguez y enfrentar su pasado en las galas con su ex novia o su madre. Si bien tuvo que aprender a bailar desde el nivel más básico, nunca claudicó en su deseo de llegar a ShowMatch, programa que lo descubrió como mediático en sus charlas casuales con Tinelli, e hizo reir a todos con sus ocurrencias. Entre sus méritos es indudable su persistencia fue sentenciado por el jurado siete veces, otra por el supremo, aunque nunca por voto negativo ya que mantuvo una buena relación con sus compañeros, salvo con Fran, el fan de Graciela Alfano, que fracasó en su intento por destronarlo de la popularidad. Después de casi cinco meses, aquel empleado de colorida bincha que alentaba a Wanda Nara forjó su propia identidad como personaje de la TV.
Por TC

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