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De Élite a empatizar con un parricida: Arón Piper y Manu Ríos en la nueva serie de misterio de Netflix
Los dos actores que, tras pasar por Élite, coinciden en esta ficción de intriga sobre un parricida y sus motivaciones.
Fue uno de los alumnos de Las Encinas desde la primera temporada de Élite y desde entonces Arón Piper ha participado en series y películas como El desorden que dejas, Código Emperador o Fatum, aunque ahora da el salto a liderar el reparto de una nueva producción, la serie de thriller El silencio que Netflix estreno en Mayo, en la que da vida a un parricida que desde que mató a sus padres no dice palabra.
"Es muy importante dar ese paso. En esta serie seguimos siendo jóvenes, en la realidad y la ficción, pero sí que hay un un salto. En mi caso en concreto, el hacer una serie de protagonista, que no lo había hecho hasta ahora, pues creo que está muy bien", cuenta Piper.
Junto a él, veremos en la serie a Almudena Amor, Aitor Luna, Ramiro Blas o Aria Bedmar, además de otro alumno de Élite, Manu Ríos, quien dice sobre su cambio de registro: "Son series totalmente distintas. Como actor, te motiva hacer un proyecto diferente, estar en otro tono y contar otra historia. Siempre quieres crecer y avanzar. La serie tiene mucha calidad. Leyendo el guion ya se veía, pero además está muy cuidada".
Él interpreta a Eneko, un chaval con una vida tranquila y ordenada cuya novia, Marta (Cristina Kovani), entabla una relación de amistad y atracción con Sergio Ciscar, el asesino al que encarna Arón Piper.
Así es El silencio, la historia de un parricida que no habla
El silencio, creada por Aitor Gabilondo (Vivir sin permiso, Patria), arranca seis años después del crimen de Sergio, que sucedió cuando aún era menor de edad. Entonces es puesto en libertad y debe aprender a vivir por su cuenta en una sociedad que le da la espalda. Él tampoco se muestra muy comunicativo, aunque para Piper el hecho de que su personaje apenas hable no resultó un problema: "Yo creo que lo más difícil del personaje es llegar a entender o empatizar, no tanto con él sino con el crimen que comete. Luego, a la hora de interpretar, yo muchas veces prefiero casi no hablar. Creo que que se me da bien expresar también sin diálogo, a veces mejor incluso. El diálogo es algo que muchas veces te condiciona a lo que quieres transmitir. Por ese lado fue un gusto. Y cuando me lo contó Aitor y cuando leí sobre el personaje, me pareció muy atractivo".
Lo que Sergio desconoce es que un grupo de psiquiatras e investigadores, liderados por Ana Dussuel (Almudena Amor) le sigue la pista muy de cerca para determinar si sigue siendo un peligro para los demás: "La serie juega un poco todo el rato con posicionarte con un personaje o con otro", expone el protagonista, "Y juega también con si después de haber cometido un crimen tan atroz uno es capaz de reinsertarse a la sociedad por completo o si siempre queda algún resto, o que lo podría volver a hacer. Yo intento empatizar siempre con todo el mundo; no defender ni compartir lo que pueden llegar a hacer, pero creo que en mi personaje hay algo que lo que lo lleva a hacer lo que hace. Puede que ya viniese condicionado de nacimiento por su trastorno de narcisismo compulsivo, pero creo que hay algo que lo detona y le hace explotar. Intento buscar por qué esa persona ha hecho lo que ha hecho".
Así, El silencio despertará en el espectador la intriga por saber las razones que tuvo Sergio Ciscar para matar a sus padres, pero también qué pasará con él en el presente y si son honestas las motivaciones de los investigadores: "Él ya ha cumplido su pena legal, entonces yo creo que hay un claro abuso y una clara violación de la intimidad de este personaje y por eso pones en juicio a los investigadores. Hasta dónde puede llegar la gente cuando hay un interés y puedes sacar provecho, lo egoísta que se puede ser por lucrarse", opina Piper.
Por otro lado, a través de Marta, la serie habla de cómo nos sentimos atraídos hacia lo truculento. "Es un poco un reflejo de la sociedad. La atracción que tenemos hacia el morbo, lo prohibido...", asegura Manu Ríos. "Pese a que sea ficticia podemos ver cosas bastante realistas. Eneko es un claro de gente que conocemos o podemos ver en redes sociales cuya la apariencia desde fuera es muy idílica, pero luego nos encontramos con personajes que se enfrentan a conflictos bastante graves y salen las sombras más oscuras". Y reflexiona: "Me llama la atención de esta serie que no logras empatizar del todo con ninguno de los personajes. No hay un personaje bueno del todo, todos tienen están una especie de grises. Creo que esto es interesante y puede llamar la atención del público".
Por Álvaro Onieva para Fotogramas ES