Adios China


Concepción Matilde Zorrilla de San Martín Muñoz (1922 - 2014), la China.

La actriz había tenido varias recaídas luego que cumplió los 90 años, lo que la llevó a trasladarse de Buenos Aires a Montevideo para estar al cuidado de sus familiares Concepción Matilde "China" Zorrilla de San Martín Muñoz falleció a los 92 años por problemas respiratorios.

El domingo pasado había sido internada por un principio de neumonía en uno de sus pulmones. Si bien había tenido una leve recuperación ayer tuvo una recaída.

De todas formas no era el primer tropiezo de salud desde que había cumplido los 90 años.

Cuando aún vivía en Buenos Aires tuvo un período en que su físico apareció afectado por enfermedades que la llevó a volver a emigrar a Montevideo al auxilio de una hermana y varios sobrinos.

Nacida en Montevideo en 1922, China perteneció a una familia patricia de artistas, en la que destacó su abuelo, el poeta Juan Zorrilla de San Martín y su padre, el escultor José Luis Zorrilla de San Martín.

Su vida artística como actriz y directora se inició con el grupo de teatro Ars Pulcra, debutando con la obra La anunciación de María, de Paul Claudel.

Entre 1946 y 1948 permaneció becada en Londres y estudió en la Royal Academy of Dramatic Art.

De regreso se incorporó al elenco de la Comedia Nacional, donde permaneció hasta 1958 actuando en decenas de obras, dirigidas por artistas del prestigio de Margarita Xirgu, Armando Discépolo y Orestes Caviglia.

En 1960 se sumó a la fundación del Teatro de la Ciudad de Montevideo, compañía a la que hizo valiosos aportes, hasta que se radicó durante cinco años en Nueva York.

Allí presentó junto a Carlos Perciavalle Canciones para mirar, sobre la obra de María Elena Walsh, con la que ofrecieron al público de Broadway un espectáculo original y netamente rioplatense.

Entre sus múltiples áreas de acción sobresalieron, por esos tiempos, sus trabajos para la televisión uruguaya, con programas de difusión del teatro y la cultura en general.

Pero en 1971 se instaló en Buenos Aires para rodar Un guapo del 900, con dirección de Lautaro Murúa, a la que siguieron otros trabajos cinematográficos y escénicos.

Tras el inicio en 1973 de la dictadura en Uruguay fue proscrita como actriz. Radicada en Buenos Aires, desplegó gran actividad en teatro, cine y televisión.

En cine participó en más de 50 películas de una amplia variedad de géneros, desde Esperando la carroza, comedia costumbrista dirigida por Alejandro Doria, hasta la historia romántica Elsa y Fred, con dirección de Marcos Carnevale. Leopoldo Torre Nilson, Oscar Barney Finn, Fernando Ayala, Sergio Renán fueron algunos de los directores que trabajaron con ella, mientras Alfredo Alcón, Federico Luppi y Héctor Alterio se encuentran en la larga lista de actores que la tuvieron como compañera de reparto.

Tras la restauración democrática en 1985 volvió a actuar en Montevideo, con la obra Emily de William Luce, sobre la poeta estadounidense Emily Dickinson, a la que siguieron muchos espectáculos ofrecidos en la capital y el interior, entre ellos algunos muy taquilleros, como la divertida pieza El diario privado de Adán y Eva, junto a Perciavalle, hasta el drama Camino a La Meca.

Más allá del teatro de texto, desplegó sus dotes histriónicas y su naturalidad escénica en espectáculos de carácter autobiográfico, en los que, a través de un entretenido anecdotario, repasaba los episodios más significativos de su vida artística.

Considerada una leyenda del teatro uruguayo, su proyección artística trasciende la escena: fue una figura de referencia en la vida pública tanto de Uruguay como de Argentina.

Entre otros galardones recibió la condecoración de la Legión de Honor en el Grado de Caballero de las Artes y las Letras, que el gobierno de Francia le otorgó en 2008. Nunca se casó ni tuvo hijos.

Ella explícó el por qué: Porque yo siempre fui muy enamoradiza y en Montevideo, que todos nos conocemos, todos saben por qué no me casé. Fue porque se murió una persona que yo quise toda mi vida.

En Montevideo, que somos tan pocos, si alguien me pregunta eso la gente le hace señas al que me pregunta. Es de las cosas que tengo guardadas. Tengo una foto de él en mi cuarto.

El 14 de marzo de 2012, China quiso festejar su cumpleaños número 90 haciendo lo que mejor sabe hacer subida al escenario de la sala María Guerrero del Teatro Nacional Cervantes, en Buenos Aires, diciendo textos para la admiración de una platea que aquel día tenía un auditorio muy especial con varias figuras de su carrera.

Una tradicional torta de cumpleaños y un rosario de anécdotas siguieron a la representación teatral, aunque China se retiró de inmediato del lugar, seguramente como forma de reservarse ante semejante alud emocional.

Lo que yo hago mejor no lo he podido hacer mucho porque no te lo ofrecen muy seguido. Pero considero que soy una actriz cómica. Sé hacer reír sin la puteada, sin el desnudo.

Yo admiré a Chaplin, que hizo reír a no sé cuántas generaciones sin jamás decir una mala palabra ni un chiste de doble sentido, simplemente con humor. Creo que eso es lo que hago mejor, dijo.

Hoy el escenario mayor de la Alianza Cultural Uruguay-Estados Unidos lleva su nombre.
Por Diario El País Uy - Señales

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