Detrás de una telefonía

El Grupo 23 quiere dar telefonía.



Con el aval de la Casa Rosada, los empresarios Matías Garfunkel y Sergio Szpolski, socios en el multimedio Veintitrés, están por poner un pie en ese sector, en el que próximamente se licitarán frecuencias para servicios 3G y 4G. 

Tienen por lo menos dos alternativas comprar Nextel, en venta desde hace un año o presentarse con Telcorad, una desconocida pyme de telecomunicaciones propiedad de los empresarios. 

La primera alternativa, la intención de adquisición de Nextel, fue confirmada a La Nación por fuentes empresariales que conocen de cerca la transacción en marcha porque también intentaron adquirir esa operadora, hasta ahora sin éxito, a pesar de haber ofrecido más dinero. 

La segunda opción fue informada a este diario por una alta fuente del grupo Veintitrés, según la cual Garfunkel y Szpolski analizaron la compra de Nextel, aunque después la descartaron. 

En cualquier caso, los empresarios tienen el visto bueno del gobierno de Cristina Kirchner, especialmente de la agrupación juvenil La Cámpora, que ocupa cargos clave en el área, entre ellos en la Secretaría de Comunicaciones y en Arsat. 

A los norteamericanos de Nextel les gustaría vender a alguien con más integrity, como dicen ellos, pero no tienen más remedio que hacerlo a aquel que les asegure que la operación será aprobada por el Gobierno, y éste parece ser el caso, dijo una de las fuentes. 

Quién debe asegurar esa firma es el secretario de Comunicaciones, Norberto Berner, uno de los principales referentes de La Campora liderada por el hijo de la Presidenta, Máximo Kirchner. 

Según el ejecutivo de Veintitrés que habló con La Nación, lo de la venia del Gobierno es relativo, porque no es servicio público, y si bien tiene que autorizar, lo debe hacer con menos requisitos y casi sin poder discrecional. 

Todas las fuentes involucradas pidieron no ser citadas, pero se trata en todos los casos de altos y reconocidos ejecutivos de las empresas que pelean por ingresar en la telefonía móvil. 

No nos sirve Nextel salvo que nos la vendan por dos pesos, los sitios donde están sus antenas son 70% alquilados y no cubren toda la Argentina, no tienen espectro 3G y habría que tirar a la basura toda la tecnología que usan. Sería como comprar una aerolínea y licitar por una línea de tren. Para licitar no hace falta la mochila de tecnología obsoleta y empleados. 

Participaremos de la licitación para 3G y 4G sin Nextel, juntos Garfunkel y Szpolski, a través de una empresa de telco chiquita que el grupo opera en Mendoza y Neuquén y que se llama Telcorad, insistió. Según supo La Nación, es posible que Garfunkel y Szpolski compren Nextel por dos pesos porque el kirchnerismo aplicaría a esa operadora una receta de argentinización similar a la que ya usó en 2007 en YPF, antes de estatizarla definitivamente. Así, Nextel sería comprada, en parte, con su propio dinero. Impedida de girar dividendos a su casa matriz, la firma tiene una caja repleta de pesos, una fuente dice que equivaldrían a US$ 120 millones, otra sostiene que podrían ser hasta US$ 180 millones. 

El gobierno le permitirá convertir esos pesos a dólares al valor oficial y girarlos a su sede central, donde ningún recurso alcanza para aplacar una deuda de casi US$ 6000 millones. Ante la pregunta de La Nación acerca de cómo se financiará el desembarco en la telefonía móvil. 

Esa decisión oficial les puso una lápida a las esperanzas de recuperación de Nextel en la región. 

Ahora, todos los órganos oficiales en telecomunicaciones están bajo control de La Cámpora, en la Secretaría de Comunicaciones, Berner, en la empresa estatal Arsat, que aún tiene asignado el espectro 3G que se licitará, el presidente es Matías Bianchi Villelli, y en la Comisión Nacional de Comunicaciones, el subinterventor es Nicolás Karavaski, todos ellos camporistas. 

Garfunkel y Szpolski son socios en el conglomerado de medios Veintitrés, donde a pesar de una supuesta pelea el segundo opera como gerente del primero. En los últimos años, ese grupo recibió alrededor de $ 100 millones anuales en publicidad oficial, sin contar otros beneficios estatales, por ejemplo, el Gobierno pone al aire de manera gratuita en la televisión digital terrestre la señal de noticias CN23.

En 2010, asociado a Raúl Moneta, Garfunkel, con la venia en esa época del propio Néstor Kirchner, intentó quedarse con las acciones de Telecom Italia en Telecom Argentina cuando el kirchnerismo buscaba expulsar a los europeos de esa telefónica. 

Aquella primera incursión de Garfunkel terminó mal, los avales presentados por Moneta fueron falsos y su sociedad fue a parar a la Justicia, donde el pleito se cerró con la transferencia de la FM Rock & Pop y AM Splendid. 

La casa matriz de Nextel, adquirida por Sprint en 2006, decidió hace dos años concentrar sus actividades latinoamericanas en México y Brasil y vender el resto de sus operaciones. Ya transfirió su filial de Perú, y tiene interesados por las de Chile y la Argentina. 

Por la sede argentina se anotaron en su momento la Corporación América, de Eduardo Eurnekian, quién abandonó la pelea cuando La Cámpora desembarcó en el área, el zar del juego Cristóbal López, el Grupo Clarín, a través de Cablevisión, y Carlos Joost Newbery, un empresario de larga trayectoria en la movilidad, histórico armador de consorcios con los que ganó ya varias licitaciones, 
desde Movicom hasta CTI Móvil, entre otros. 

Sin embargo, sólo el tándem Garfunkel-Szpolski puede mostrar ahora la carta del apoyo oficial. 

La telefonía móvil siempre estuvo en la mira del Gobierno.
2010: Garfunkel, a la caza de Telecom Argentina, con ával de Néstor Kirchner, hace una oferta para controlar esa telefónica. El intento se frustra y los socios se enfrentan en la Justicia 
2011: Llamado a licitación para el espectro 3G, por primera vez desde fines de los 90, el Gobierno llama a concurso para asignar espectro para telefonía 3G, quedan en carrera Claro, Telecom y Nextel. 
2012: El Gobierno presenta operadora propia En septiembre se suspende la licitación y el Gobierno asigna el espectro disponible para la creación de LibreAr, operadora estatal. 
2013: Se suceden graves apagones de celulares. Las operadoras sufren apagones gigantescos que dejan sin servicio a sus clientes; argumentan saturación de redes por falta de espectro. 
2014: Descartan LibreAr y llaman a nueva licitación. El Gobierno descarta la operadora estatal y retoma la senda abandonada en el año 2012 anuncia que licitará espectro para 3G y 4G, y Matías Garfunkel, con su nuevo socio Sergio Szpolski, vuelve a estar en carrera.

Fuente: La Nación

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