Una muestra de películas nacionales como respuesta al vaciamiento del INCAA
"Fuera de Campo", en defensa del cine argentino
Con proyecciones, charlas y debates, de jueves a martes el Teatro Enrique Carreras de Mar del Plata se convierte en cine para la segunda edición de la acción política.
Películas chicas, medianas y de gran escala pueblan la programación. . Imagen: PrensaEn paralelo al histórico Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, desde este jueves el Teatro Enrique Carreras albergará una trinchera: la segunda edición de "Fuera de Campo", una propuesta que busca abrir un espacio de pensamiento, exhibición y discusión sobre el cine argentino. Nacido del impulso autogestivo de realizadores, productores, críticos, pero sobre todo, espectadores, el encuentro de cine argentino surge en respuesta al avance de las políticas culturales contra el sector audiovisual impulsadas por el gobierno de Javier Milei. En el ámbito cinematográfico, esto se traduce en un Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) conducido por Carlos Pirovano desfinanciado, donde las políticas de ajuste no son solo materiales (como no haber financiado una sola película en todo este año) sino también simbólicas, de desprestigio, banalización y desinterés hacia la cultura nacional. Basta revisar sus redes sociales oficiales.
El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, sostenido principalmente por el Instituto, es el único festival clase A en Latinoamérica e históricamente funciona como una ventana de exhibición oficial del cine nacional. El año pasado, numerosos directores y directoras con películas seleccionadas expresaron su disconformidad frente a la idea de participar de esa "opción oficial", en un contexto donde las mismas autoridades que impulsan la continuidad del festival son responsables de los recortes, el desprestigio del cine nacional y los despidos de los trabajadores que contribuyeron a posicionar al festival en un lugar de relevancia internacional. De ese desacuerdo nació "Contracampo": una alternativa paralela que se propuso convivir con el Festival de Mar del Plata, ofreciendo un espacio de discusión y exhibición para aquellas películas y realizadores que no se sentían representados por la propuesta oficial. Un lugar para el debate libre, sin censuras, donde la comunidad cinematográfica pudiera reflexionar colectivamente sobre el presente del sector.
Esa primera edición fue una suerte de "catarsis colectiva", donde realizadores y realizadoras se abrieron a la autocrítica y a la pregunta por las causas de este estado de situación. "Apareció la pregunta de por qué la cultura nacional en general y el cine en particular no tenían los anticuerpos necesarios para poder hacer frente a esta avanzada veloz e implacable de las políticas culturales del gobierno de Milei", dice Tomás Guarnaccia, crítico de cine y organizador del evento. El nombre "Contracampo" fue elegido en homenaje a una sección histórica que tuvo el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata durante los noventa, que era de gran relevancia porque funcionaba como una ventana para las películas que quedaban fuera del radar dominante. Allí se proyectaban nuevos cines del mundo y de la Argentina que, en ese momento, se encontraban al margen. En lenguaje cinematográfico, el término "contracampo" designa precisamente lo que está detrás: si la pantalla es el campo, el contracampo es lo que queda del otro lado, aquello que no se ve.
Este año la organización decidió cambiar el nombre pero mantener la idea original. "Fuera de Campo" no solo remite a aquello que está "del otro lado", sino también a lo que queda excluido de la imagen presente. Desde esa metáfora, el festival propone pensar, a través de su programación y de los debates que la acompañan, cuáles son las imágenes, las películas y las miradas que hoy permanecen detrás de la "persiana" del Instituto Nacional de Cine. En definitiva, reflexionar sobre todo aquello que el INCAA deja de lado en términos de producción, y sobre lo que podría perderse también en términos de visibilidad dentro del festival insignia del Instituto. Esa pregunta "¿Qué es lo que está quedando fuera de campo?" es la que guía las decisiones estéticas y curatoriales de la programación del 2025.

La programación y las actividades de este año
El festival busca ofrecer un panorama lo más amplio posible de lo que puede entenderse hoy como cine argentino, pero sin dejar de mirar hacia su pasado, razón por la que la programación cuenta tanto con películas contemporáneas como de otras épocas. Para el cine contemporáneo, el criterio de selección se centró en la diversidad: estética, geográfica, etaria y también en términos de representación de minorías poco visibles en los medios hegemónicos. La convocatoria abierta de este año recibió más de 700 películas, y conllevó un proceso de visualización extenuante pero necesario para "encontrar las expresiones de todo lo que el cine argentino puede ser".
La programación incluye comedias, documentales de archivo, películas de terror y dramas, y abarca un amplio espectro temático y de género. Otra de las características destacables es la variedad de modos de producción entre los trabajos seleccionados: hay películas filmadas con un celular y equipos mínimos, y otras de gran escala, producidas por las principales compañías nacionales o en coproducción internacional.
"Algo muy interesante que aporta la idea de mezclar el cine argentino hoy con el cine del pasado es que aparece, en ese roce, la noción de que el cine argentino también fue un cine industrial. Fuimos una de las industrias cinematográficas más pujantes de los años 30, 40 y 50. Existió, si se quiere, un mini Hollywood argentino", cuenta Guarnaccia. La apertura del encuentro, el jueves 6 de noviembre, estará marcada por ese espíritu de diálogo entre épocas. Se proyectarán dos películas: "Diciembre", de Lucas Gallo, un documental de archivo construido únicamente con material televisivo de la semana del estallido del 2001, que logra "hacer un retrato de ese punto de giro de la Argentina"; y, posteriormente, "Gente bien", de Manuel Romero, filmada en 16 mm en 1934, una comedia costumbrista protagonizada por Hugo del Carril.
El vínculo entre esta película documental y esa comedia criolla habla sobre lo que es o puede ser el cine argentino, incluso en sus preocupaciones políticas: "Diciembre" resuena de forma directa en el contexto actual de otra crisis económica, mientras que "Gente bien" ironiza sobre esa noción de los 'argentinos de bien', expresión utilizada más de una vez por el presidente. "En ese encuentro se genera, para mí, lo más interesante de la programación: pensar las tensiones internas del cine argentino y ver ahí fugas hacia el futuro", dice Guarnaccia. "Si el cine argentino pudo concebirse como popular, si pudo tener ese vínculo con el público, ¿por qué no podría volver a tenerlo?", se pregunta el crítico, y explica que una de las búsquedas del festival es volver a poner sobre la mesa esas discusiones.
Con esta y otras preguntas en mente, Fuera de Campo ideó tres charlas en torno a lo que el equipo entiende como las "tres fracturas del cine argentino": la fractura con el público, la fractura al interior de la comunidad y la fractura política. Todas tendrán lugar a la mañana en la librería El Gran Pez, y serán una suerte de "desayunos asamblearios" donde discutir colectivamente antes de ir a ver las proyecciones en el Teatro Enrique Carreras.
Como si fueran pocas propuestas, el equipo cuenta que realizó un catálogo con textos críticos e información sobre las películas que se van a proyectar, en donde cada director, directora o productor escribió sobre cómo fue hacer esa película en este contexto. Además, el festival tendrá también su versión nocturna en el boliche "Bora Bora", que se alquiló especialmente para la ocasión. Allí se realizarán fiestas y actividades informales que complementan las proyecciones y las charlas, generando un clima de comunidad entre realizadores, críticos y espectadores.
Por otra parte, "Cineclub Dynamo" y "Filmoteca en Vivo" presentarán funciones especiales con proyecciones en fílmico, una rareza en la actualidad del Festival de Mar del Plata. "El festival proyecta películas del pasado, sí, pero ya no proyecta en fílmico, y eso es algo rarísimo", explica Guarnaccia. "No es un capricho ni un gesto nostálgico: proyectar en fílmico es la manera más fidedigna de ver cómo fueron concebidas esas imágenes. Además, las copias en ese material tienen que proyectarse; si no se pasan, se mueren", subraya en relación a la conservación del patrimonio. Con ese espíritu, se ofrecerán funciones en 16 mm a cargo de Carlos Muller y Fernando Martín Peña, que incluirán clásicos como la ya mencionada de Romero; "La piel de zapa", de Luis Bayón Herrera; y "La calesita", de Hugo del Carril, además de dos programas dedicados al cine universitario con cortometrajes rescatados de la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad Nacional del Litoral y el IDAC de Avellaneda. La clausura del festival será con "La noche está marchándose ya", de Ramiro Sonzini y Ezequiel Salinas, largometraje recientemente premiado en importantes festivales internacionales como FICValdivia y DOCLisboa.
"Alguna vez se nos acusó de querer competir y vaciar al Festival de Mar del Plata, y nosotros lo que queremos es tratar de nutrir aún más ese espacio, esa ciudad, ese público, cuidar las películas. Todo en aras de entregarle al público lo que históricamente supo encontrar ahí: proyecciones en fílmico, buenos catálogos, una programación diversa", concluye Guarnaccia.
"Fuera de Campo" tendrá lugar del 6 al 11 de noviembre en el Teatro Enrique Carreras, Mar del Plata. Los horarios y la programación completa del festival pueden consultarse en la página oficial del evento.
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