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Se aceleran las negociaciones para la venta de las estaciones de servicio de Shell en Argentina.
El grupo brasileño que opera la marca en el país negocia con grupos extranjeros, ya establecidos o que buscan desembarcar en el mercado local.
A las salidas de grandes grupos internacionales de la Argentina durante los últimos cinco años como Latam Airways, Walmart, Exxon Mobile (Esso), Banco HSBC, Banco Itaú, Telefónica, P&G, Mercedes Benz, o recientemente la anunciada de Carrefour, habrá que sumar otra marca global que también le puso cartel de venta a sus operaciones locales.
Se trata de uno de los principales jugadores globales del sector de los hidrocarburos y que, en el país es el responsable de operar una refinería de petróleo y una red de 650 estaciones de servicio en las cuales se venden alrededor de 6.300 millones de litros de combustibles por año, a razón de 500 litros de carga por minuto.
Esta operación funciona bajo la marca Shell, empresa que nació en 1907 de la fusión entre la Royal Dutch Petroleum Company, de Países Bajos, y la Shell Transport and Trading Company, del Reino Unido.
La sede principal de la empresa se encuentra en Londres, por lo que se considera una compañía británica, y sus principales accionistas son una mezcla de grandes inversionistas institucionales como The Vanguard Group; BlackRock, y el Norges Bank, junto con inversores individuales y otros fondos.
A nivel local, el llamado sector de dowstream se encuentra bajo el control de Raízen, que en el 2018, adquirió el negocio de downstream del holding europeo y que ahora inició un proceso de salida de la Argentina que podría concretarse antes de que termine este 2025.
La empresa Raizen está conformada por una sociedad de la que participan el grupo brasileño Cosan y la multinacional Shell plc, cada uno con un 44% de la propiedad, mientras que otro 12% se negocia en la bolsa de valores.
En el caso de Cosan, es considerado como uno de los conglomerados más grande del país vecino, con intereses en energía y logística, incluyendo la distribución de gas y el transporte ferroviario, entre otros negocios.
En cuanto al segmento de upstream, funciona separado del de downstream y se centra en la exploración y producción de gas y petróleo no convencional en Vaca Muerta, en bloques como Sierras Blancas, Cruz de Lorena, y Coirón Amargo Sur Oeste, y manteniendo participación en otros como Bandurria Sur.
En las últimas semanas, la sociedad habría acelerado el proceso de selección del comprador de sus activos de refinación y comercialización en el país, para lo cual contrató al banco JP Morgan, tanto para la valuación como para la venta de las estaciones de servicio y de la refinería que se encuentra ubicada en la localidad bonaerense de Dock Sud y que procesa más de 100.000 barriles diarios de crudo.
Además, actualmente ocupa el segundo lugar como comercializador de nafta en el país, con el 23% del mercado, solamente superada por YPF, que tiene el 57%, y por encima de Axion, que aparece tercera con el 13%, cerrando la lista Puma, con tan solo un 5% del total.
En el caso del gasoil, YPF lidera las ventas, también con un 57% de market share, mientras que el segundo puesto es para Axion, con el 17%, pero es seguida muy de cerca por Shell, con el 16%, en tanto que Puma controla otro 7% de ese negocio.
Entre ambos negocios, Shell da trabajo a cerca de 2.500 empleados en el país que se encuentran involucrados en la transacción y que, por el momento, mantienen sus tareas a la espera de que se defina su futuro.
Si bien cuando desembarcó en el país hace ya siete años, pagó casi u$s 1000 millones por la refinería y la red de estaciones de servicio, su situación comercial se ha ido deteriorando y hasta recibió cuestionamientos del anterior gobierno kirchnerista que en el 2023 la acusó de presuntas irregularidades en operaciones de comercio exterior.
Sin embargo, las principales razones que llevaron al board de Raizen a salir de la Argentina se vinculan con una difícil situación financiera que atraviesa la empresa en Brasil y a las complicaciones que todavía se mantienen para girar dividendos desde el mercado local, lo que la obliga a una revisión estratégica de sus activos a nivel regional.
También se hace mención de que, si bien, la operación argentina ha dado sus dividendos, aporta pocas sinergias al negocio de producción y distribución de combustibles en Brasil, donde la empresa posee la mayor operación regional.
Es más, a fines de marzo pasado Raízen comunicó el inicio de un proceso de revisión estratégica de todo su porfolio de activos a nivel regional como consecuencia de la necesidad de enfrentar una delicada situación financiera que motivó el recambió de la mayor parte del top management de la empresa.
En este sentido, una noticia publicada por el diario brasileño O Estado do São Paulo, hace mención de ciertas negociaciones que Raizen mantuvo con Saudi Aramco, petrolera estatal de Arabia Saudita, para cerrar una especie de asociación que le permita salvar sus activos locales, que finalmente fracasaron.
Otro artículo, publicado por el medio especializado local Ecojournal, señala que el banco debe encontrar un inversor que sea capaz de pagar entre u$s 1500 millones y u$s 2000 millones, lo cual marca una cifra mayor a lo que Raizen pagó en el 2018 para desembarcar en el país.
De todos modos, el JP Morgan ya distribuyó la carpeta de venta entre los principales jugadores del negocio petrolero argentino y entre grupos del exterior que hoy no tienen presencia local pero que evaluarían desembarcar a partir de una operación de estas características.
En el caso de YPF, que es la mayor operadora del sector, sus ejecutivos no muestran interés por quedarse con los activos de Raizen, ya que la petrolera estatal se encuentra enfocada en otra estrategia de mayor relevancia.
De manera adicional, una eventual compra de estas características haría que el market share de la empresa que preside Horacio Marín se acercara a una posición dominante que dispararía investigaciones para analizar si incumple con la Ley de Defensa de la Competencia.
De igual modo, la familia Perez Companc desestimó también la carpeta, ya que sus actividades en el sector de los hidrocarburos se encuentra focalizada en expandirse en el área del upstream más que en el del downstream.
En este sentido, el grupo, propiedad de Molinos Río de la Plata y Molinos Agro, participa en este negocio con la empresa Pecom, que ha retomado su actividad como operador de yacimientos hidrocarburíferos y proveedor de servicios energéticos.
Después de vender sus activos locales a Petrobras en 2003, el grupo, liderado por Luis Pérez Companc, volvió a operar en el sector con la adquisición de áreas en Chubut y ofreciendo servicios de exploración y producción.
Se menciona a la petrolera estatal brasileña Petrobras como una de las posibles interesadas en quedarse con las estaciones de servicio de Shell en Argentina, así como con su destilería para, de ese modo, iniciar el operativo retorno al mercado doméstico, del cual salió en mayo del 2016.
Ese mes, vendió la mayor parte de sus operaciones a Pampa Energía, y posteriormente, en 2017, el grupo que controla Marcelo Mindlin cedió las estaciones de servicio al trader holandés Trafigura que actualmente las opera bajo la marca Puma.
En el caso de Petrobras, actualmente mantiene una participación en el bloque Río Neuquén en Vaca Muerta y acaba de firmar un acuerdo con YPF para el desarrollo de recursos no convencionales en dicha área.
Su regreso al país también podría pasar por comprar una participación de Raizen para, de ese modo, compartir el capital accionario de la sociedad con Cosan y Shell.
Por lo menos así lo admitió Marcelo Martins, CEO del holding, durante una conferencia con inversores que se llevó a cabo en agosto pasado y en la cual admitió estar preparando un plan de venta parcial de activos para acelerar la reducción de la deuda financiera de la compañía, pero que no tiene intenciones de sellar una venta completa ni de Raizen ni de Cosan sino la posibilidad de sumar un socio estratégico que aporte capital para Shell.
Según O' Globo, Petrobras podría tomar la decisión para fines de año con la intención de unirse a Raízen como socio o comprar activos.
El año pasado, la estatal brasileña expresó su interés en volver al país, pero para upstream, atraída por Vaca Muerta. Se habló de un sondeo para conformar una sociedad con Tecpetrol, la energética de Techint. Sin embargo, firmó un memorándum de entendimiento (MoU) con YPF.
Un trader como posible inversor
Otro de los grupos que aparece como interesado en la lista del JP Morgan, es el holding Trafigura, considerado uno de los trader petrolero más importante del mundo, que ya opera en el país una red de 400 estaciones de servicio de bandera Puma Energy y que posee una refinería en la localidad bonaerense de Bahía Blanca.
La empresa se encuentra llevando a cabo un proceso de renovación y expansión de esa red, además de contar con una terminal portuaria en la localidad de Campana; una planta de lubricantes en Avellaneda y más de 70 agroservicios en los principales puntos de la zona productiva de la Argentina.
En la lista de posibles compradores que analiza el JP Morgan también figuran varios grupos norteamericanos interesados en desembarcar en la Argentina, atraídos por la producción de Vaca Muerta y por las políticas liberales del gobierno que orienta el presidente Javier Milei.
Del mismo modo, se sumó el gigante estatal saudí Aramco, que acaba de desembarcar en Chile a través de la adquisición de Esmax Distribución, la cual poseía la red de 300 estaciones de servicio que operaban bajo el paraguas de Petrobras, además de una planta de almacenamiento de combustible y la de lubricantes Valvoline.
Por iProfesional
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